Dicen que los pequeños elfos se engendran con esperma de luna en los hondos silencios de la noche.
Durante siete eclipses se alimentan del polen de almudenas silvestres,
pero sólo los elfos destinados al reino aguardan otra ausencia para nacer al mundo de los hombres.
Cuentan que de los ojos de los príncipes elfos nacen las mariposas.
Bandada tras bandada.
Anaranjadas, deslumbrantes, suaves,
irisando en su vuelo las gotas de rocío dormido en las corolas.
Y que cuando el susurro de sus alas invade los insomnios de los corceles blancos,
las capturan de nuevo entre los párpados para impedir que mueran desangradas sobre cuernos de plata.
Sostienen que, en sus venas, corre un cauce incesante de magnolias
donde voces antiguas entonan las canciones de una tierra perdida,
tan lejana en el tiempo
que nunca fue siquiera imaginada por las hojas del roble o las lenguas ardidas que devoran leyendas en la orilla del fuego.
Por eso saben todas las respuestas y evaden los hechizos.
Los príncipes del reino de los elfos tienen la piel de olivo desvelado y el cabello sombrío como un mar tormentoso abofeteando eternos farallones,
pero su gracia es pura como el alba naciente,
pero su risa es un cascabeleo cayendo en hendiduras de peñascos,
pero su sueño es leve como un pétalo de humo,
pero su voz es dulce, es sabia, es apacible.
La música les nace sin esfuerzo al igual que el amor y las palabras.
Y en la edad de las bayas, en la edad de las pálidas lloviznas,
abandonan su reino de helechos encendidos en busca del misterio de las huecas colinas estallantes de esporas,
donde ávidos plantíos de almudenas silvestres esperan los espasmos mordedores de olvidos.
Porque así debe ser,
porque así ha sido escrito por aquellos que afirman que los pequeños elfos se engendran con rocío, con esperma de luna, en los hondos silencios de la noche,
y que, durante siete eclipses se alimentan del polen de almudenas silvestres,
aunque sólo los elfos destinados al reino
aguarden otra ausencia para nacer al mundo de los hombres.
Para Tiago Segades Porta, príncipe de los elfos, señor de los olivos, heredero de ausencias.
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Música
Esta obertura ha sido creada especialmente para el libro por el músico Raúl Segades, padre de Tiago.
Historias para Tiago ( obertura) by Raúl Segades
2 comentarios:
Que belleza de relato!!! No puedes negar que eres poeta!
Está impregnado de magia y color.
Que sigas tan prolífica.Un fuerte abrazo.
amelia
Hola Norma, durante todo el año me has enviado tu revista y he leído en ella los cuentos que publicas, de autores de diferentes países. GHice comentarios, pero como no soy muy cudha en estos menesteres informa´ticos no se si te llegaron. Sobre los elfos , sobre esto que acabo de leer, solo puedo decirte que si ellos son mágicos tus palabras también y evocan con certeza a esos seres de luz.
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