Será en la edad madura.
Cuando la pulpa fresca del durazno perfume los crepúsculos.
Al caer de las rosas.
Detrás de la neblina, los nombres bienamados, los rostros bienamados, renacerán entre los nomeolvides
como si algún conjuro pusiera del reverso la trama de la ausencia.
Será a la hora en que el alma se adormezca, dulcemente, entre matas de hortensias y racimos.
Cuando la uva se entregue a la vendimia.
Cuando los primitivos habitantes, los seres primordiales, orfebres de la fronda, talladores de bayas y capullos salgan a los caminos
y los filos oscuros de las dalias rasguen el corazón de la distancia.
Y de los ojos puros de los ángeles, los ojos que cegaron las vigilias, emerjan en bandadas las luciérnagas.
Alzará la armonía tensas arquitecturas de hojas verdes,
como cúpulas verdes, como domos, en alabanza al dios de los venados y las vegetaciones y el misterio.
Y los únicos templos,
los únicos altares habrán de edificarse en el rocío.
Y un aroma a aire puro,
a alba salvaje,
a luz amamantada por pezones de lluvia restaurará las claves de todas las liturgias.
Y el cielo será límpido.
Nuestra señora de las soledades trenzará su cabello con hilos de ceniza, con hebras de ternura,
en tanto que el altivo protector del silencio encenderá los ceibos con su ardiente mirada
y vagará entre blancos laberintos, entre las torres blancas, nuestra señora del olvido, la dama de la estricta desmemoria
custodiando los bulbos de campánulas que el señor de los vientos deposita en los huecos de la higuera.
Sólo la reina de las mariposas aseará su belleza en el estanque de los lirios.
En úteros de plata los espejos engendrarán las alas, alguna insurrección de colibríes sobre la placidez de las gardenias, un rumor de palomas hacia los tulipanes.
Porque será en el tiempo de los pájaros.
Hacia la claridad de las glicinas.
A la hora en que el alma se despliega y haya llegado el tiempo del reencuentro.
Al caer de las rosas.
Para Tiago Segades Porta, príncipe de los elfos, señor de los olivos, heredero de ausencias.
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Música
Esta obertura ha sido creada especialmente para el libro por el músico Raúl Segades, padre de Tiago.
Historias para Tiago ( obertura) by Raúl Segades
1 comentario:
Querida Norma...leo tu obra con la misma pasiòn y el mismo respeto que le tengo a los buenos vinos...ME RESULTA ABSOLUTAMENTE EMBRIAGADORA. Voy despacito, copa a copa, verso a verso y te agradezco que me mandes siempre este alimento. Abrazo, suzy
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